martes, septiembre 06, 2005

LLegaron aquella gélida mañana, cargados de miradas adjetivas.

¿Qué se les ofrece?

Queremos sangre y manteles
Queremos cal y arena, hojas y rama
Queremos a la nutria que se esconde tras sus pieles
Queremos mecer tus doseles mientras sueñas
Queremos llanto, risa, y amaneceres de libélula

¿Por qué queréis tanto?

Por beber sin sed, a eterna sed él nos condenó