Habitación 108
A medida que se expande el acordeón siento que al mismo tiempo se contrae. Las peculiaridades de los sujetos se integran en una única persona a la que llamamos ser humano.Tras un rosto vislumbramos un abismo, el abismo de la historia de la humanidad.
Ayer el miedo era una mujer. Sus ojos eran de agua y fuego, su voz se tambaleaba;había sido golpeada por su marido con alevosía y nocturnidad.
Intercambiamos unas pocas palabras y miradas;le ofrecí auxilio,lo rechazó y cerró la puerta.
Ayer el miedo era una mujer. Sus ojos eran de agua y fuego, su voz se tambaleaba;había sido golpeada por su marido con alevosía y nocturnidad.
Intercambiamos unas pocas palabras y miradas;le ofrecí auxilio,lo rechazó y cerró la puerta.
1 Comments:
Este blog se nutre únicamente de palabras,es un lugar en el que me desintoxico de la imagen.
No siempre duermo, pero a veces mi naturaleza me pesa y entro en el limbo. Dormir sin techo en una noche estrellada es uno de los grandes placeres que existen.
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